lunes, 26 de agosto de 2013

Versos

A nadie antes ni a nadie después le he leído versos; tengo dentro de mí un sistema de seguridad contra la vergüenza que funciona muy bien y me impide abrirme demasiado ante la gente, manifestar mis sentimientos delante de los demás; y leer versos no solo me da la impresión de estar hablando de mis sentimientos sino que además es como si al mismo tiempo estuviese haciendo equilibrios sobre una sola pierna; esa falta de naturalidad implícita en el principio mismo del ritmo y la rima me llenaría de confusión si me entregase a ella sin estar sólo.
Pero Lucie tenía un poder mágico (después ya no lo tuvo nadie) para manejar ese sistema y librarme del peso de la vergüenza. Delante de ella me lo podía permitir todo, incluso el sentimiento y los versos.